Hay lugares en los que simplemente la naturaleza es quien manda, y si intentas pasarte de listo, ella se encarga de regresar todo al equilibrio original. Estos lugares son fáciles de identificar, usualmente salvajes, y notas inmediatamente como el ser humano tiene que hacer mucho esfuerzo para adaptarse a el; además la selva te habla a cada momento, con sonidos, sensaciones y una que otra sorpresa.
Me encuentro en Rio Dulce Izabal, con una temperatura promedio 30 grados, humedad relativa del 100 porciento, restaurando una casa de las abrasiones del tiempo y del clima. La vivienda tiene unos cinco años desde que se construyo, con una estructura de concreto armado y muros de block repellados, un techo de losa tradicional de concreto y hierro y baldosas de cemento que asemejan tejas. A simple vista la humedad ha descascarado la pintura, como si hubiera agua en las paredes que quiere salir, y las paredes y techo tienen grietas, todo parece ser culpa de la humedad. En realidad las paredes están tratando de decir algo, están llorando creo… entras al espacio y necesitas aire acondicionado para estar en el más de cinco minutos, todo parece contener mucho esfuerzo para el fin de habitarlo.
Trabajar en Izabal es complejo, después de las 2 de la tarde, el calor parece inhumano y cada día a las 5 de la tarde vienen los zancudos tigre… y otros que parecen invisibles que solo notas cuando te pican. Dejando atrás esto, el ambiente tropical te atrapa sin que te des cuenta, huele a coco y a sal, estar mojado y sudado no tienen mucha diferencia.
Al lado de la casa que estamos restaurando se encuentra otra vivienda tipo rancho; abierto en todas sus paredes, con columnas de madera tratada, una plataforma de madera para aislarla del piso y unas gradas que dirigen a un segundo nivel, donde se encuentran las habitaciones cubiertas por el techo de rancho de hoja de palma.
Esta vivienda tiene mas de 20 años y no necesita mucho mas mantenimiento, a no ser el techo que debe cambiarse cada 15 años, además de eso, todo parece mimetizarse con el entorno natural y coexistir de una forma agradable.
A lo largo de todo el Lago de Izabal, se observan estas viviendas, sobre pilotes, que saben como responder a los fluctuantes cambios de nivel del estero, la madera local parece ser el material de preferencia, techos de palma altos y grandes terrazas para estar al aire libre, una que otra hamaca colgada. El clima parece respetar a estas construcciones, se integran de una forma tan natural, que no se nota a simple vista. Una arquitectura local y pasiva sabe adaptarse al entorno, lo respeta y crea un vinculo intrinciso que no compite contra nadie.
Después de ser parte de este entorno por casi una semana, llegue a las siguientes conclusiones, que pueden ser útiles para todo aquel que se atreva a construir en un lugar “wild”:
1. Muy importante ir lugar al menos dos días, para identificar de donde sale el sol, donde se pone y cual es el recorrido de este astro; esto determinara la ubicación de las ventanas, de los espacios de permanencia de la casa.
2. Mas importante aun identificar donde hay fuentes de agua, si hay algún nacimiento de agua estamos en la gloria! Sino, ver otras opciones para obtener este liquido vital.
3. Observar los materiales que tenemos al alcance, en el mismo terreno y la capacidad que tengamos para hacer uso de ellos como materiales de construcción. Estos materiales están adaptados al clima y por lo tanto, se integran al entorno de una forma increíble.
4. Al momento de diseñar los espacios, hacer uso solo del área necesaria, no más. Observar como otras personas viven y porque la arquitectura ha sido y es de esa forma.
5. Contratar gente local, que si bien, puede que tengan un ritmo diferente de trabajo, saben como funciona todo, los materiales y conocen los métodos constructivos locales.
6. Aceptar que los vecinos mas directos serán probablemente una tarantula y una pacifica rana saltarina, es un buen paso para entrar al vecindario. Respetando su hábitat y a ellos, pues son ellos quienes dominan la selva, nosotros somos simplemente visitantes.
La naturaleza es sabia, se cura ella sola es por ello que al final del día te das cuenta de porque todo funciona de la manera que funciona…
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