Poco que decir y mucho que sentir en la Alhambra.

Tendría mucho que decir de la Alhambra, pero seré breve y voy a limitarme a decir por qué me gusto tanto, tal ves era porque estaba desnuda, y cuando digo desnuda me refiero a sin ropa, sin piel, sin carne, solo en huesos; y todos los huesos tallados, el cielo, el suelo, las ventanas...

Sevilla es amarilla... como yo

Todos los lugares tienen un color, al al igual que todas las personas tienen un color... Supongo que refleja el color del alma de la esencia.
No es fácil identificar el color de cada quien, muchas veces requiere de mucho tiempo de observación, aveces nunca lo descubrimos. Pero a Sevilla yo la identifique de inmediato, desde que subí a la giralda, en la parte más alta, luego de 36 niveles de rampa y 17 escalones; miras al horizonte y ves, a travez del caos urbano, sus techos de teja, sus terrazas y el contraste entre sus muros blancos y amarillos, y si observas un poquito mas, ves que es amarilla como el color del sol.

Llegamos a Sevilla en invierno, así que todos los sistemas de ventilación natural con los canales de agua no los pude ver en acción, no importa pues es fácil imaginar el calor donde los 40 grados es algo natural. La abstracción y geometría se refleja en cada azulejo y celosía, la ornamentación lejos de ser excesiva te hace volar la imaginación. Puede ser una planta o un dibujo, puede ser lo que queríamos.

Al salir de la catedral vimos una boda, la gente vestía tan elegante, con sombreros como sale en la televisión y revistas, parecía ser el set de filmación de una telenovela y no.. Era la realidad, entre la fantasía de Sevilla, la gente murmuraba que para tener permiso para casarse en la catedral debían haber solicitado el permiso hacia unos 10 años!

El barrio de Judea sin duda el más auténtico, poca gente y mucha historia. Era el barrio donde vivían los judios bajo el dominio cristiano, que luego con la Inquisición pues... Desaparecieron, se les conoce ahora como los sefardíes, y aunque no viven más en España se les reconoce como ciudadanos.

En 1929 hubo una exposición universal, de Iberoamérica, donde todos los países construyeron un pabellón para mostrarse al mundo. No es porque Guatemala sea el país más lindo, pero su pabellón sobresale, no se si es por su simpleza, es un pequeño cuadrado ( seguro no habían tantos fondos) pero esta decorado de una forma tan folklórica, con azul y blanco, a todos los que lo ven les gusta. Al final el recorrido de los pabellones termina en plaza España, con un estilo neo mudejar simplemente espléndido! ( y lo digo enserio) con una plaza abierta al centro que es como si el edificio se abriera de par en par para dar un abrazo.

La comida, calamar frito, berenjena frita, pescaditos fritos (quede frita) es digna de probarse sin ningún remordimiento.

Creo que en ningún otro lugar de España se vive tanto esta mezcla de culturas, de ideologías, de tonos musicales, que terminan sonando como una buena canción. Si no, solo basta con escuchar una sevillana! Lo más curioso de todo, es que fue esta cultura la que llego a América en 1492. (Si, olvidaba que habíamos visto un "pedazo" de Cristóbal Colón, interesante no?) pues lo que decía, es que yo pude verme reflejada en muchas de las expresiones artísticas de Andalucía.

La sensación térmica (...y visual) nunca volvió a ser la misma después de Rotterdam

No había nada mas perfecto que la lluvia y el granizo, acompañado de los 0 grados centígrados en Rotterdam. La casa de Tristán estaba calentita y olía a curry. Repollo con papa, tocino piña, todo molido y recién salido de la estufa, y veíamos tele como una familia bajo un slepping gigante.

Lo que era Rotterdam: 

Una ciudad inspiradora, donde la arquitectura parece desafiar las reglas, el norte de Europa es sin duda el lugar perfecto para que esta mixtura se desarrolle. La estación central tiene una fachada que da un efecto de perspectiva aunque la veas de frente, parece un isometrico en 3D y tu eres parte de el. 

A la mañana siguiente, clima lluvioso y frío de Rotterdam nos decía "hola! Vuelvan al caribe" pero no impidió que nos maravilláramos con el edificio de cubos desfasados de Rem Koolhaas,  Pasar por debajo del puente tensado y ver la composición entre este puente y los edificios fue mágico. 

Había escuchado por mi amiga Zully que las casas cúbicas me iban a gustar (me conoce tan bien...) me encantaron y quería saber mas, como hacia casi 20 años que las habían construido y me parecían tan novedosas, las transformaciones en la arquitectura y el arte son tan irrespetuosas, no te piden permiso y en un abrir de ojos te quedas atrás si no te das cuenta. Entramos a la casa cubica y vimos que en realidad el misterio de como se ven por fuera es mejor de como se ven por dentro. Así que aveces es mejor seguir ignorantes a ciertas realidades.

Luego fuimos a comer un merecido platillo italiano en el interior del recién inaugurado MarketHall, (teníamos en la panza dos macarrones y el sándwich de Mary) el mercado era un homenaje a la variedad culinaria, con un mural increíble de los alimentos que se suelen vender en un mercado. Por fuera parecía una dona partida a la mitad con un centro transparente, y en realidad era la combinación entre vivienda y mercado, los apartamentos se ubicaban en la capa exterior, y tenían una ventana que daba hacia el mercado, era como abrir la ventana y tener las opciones de venta inmediatamente y animarte a salir a comprar. Increíble! 

Luego las 5 de la tarde parecía ser demasiado oscuro y frío, así que volvimos a la estación central, de nuevo ver esa escultura en 3D volvía a dejarnos sorprendidas, en realidad no se cuantas veces tienes que ver algo (que te impacta) hasta que se vuelve familiar. Y allí, nos encontramos con Tristan, y ofreció llevarnos en bici a su casa, (tres en una bici de 1) aceptamos, la eficiencia energética es una de nuestras cualidades. A toda velocidad íbamos y de repente encontramos lo más increíble que vi, un túnel de bicis, para que pasáramos debajo del río con la bici, las escaleras mecánicas eran de madera y aunque estaba lloviendo tenían estrías que hacían que las bicis se agarraran bien a ella, y volvimos a pasar el túnel los tres en una bici, a unos 50 km por hora.... o más! 

Al otro dia, nos esperaba un regreso desafiante, y no lo sabíamos aun! Correr por la estación de Antwerpen y tomar el tren a menos de un minuto de que saliera, fue un milagro! aun no lo creo. Sin embargo cuando llegamos a la estación tampoco sabíamos que seria así, por lo que tuvimos tiempo para sacar unas fotos a la hermosa estación de tren. 

Antes de que acabe diciembre

Me gusta aprender

Me gusta escuchar

Me gusta observar

Aunque estemos a kilometros de distancia, me sigue enviando su energía, y comparto aquí unos pensamientos de AVE, a quien admiro y se que el mundo es más bonito por personas como ella.

ACABA UN AÑO Y EMPIEZA OTRO EL ALMA SE RECOGE Y DEL SENTIMIENTO SURGE EL PENSAMIENTO SUTIL:


"Pareciera que por siempre voy caminando los caminos de la vida, sin embargo soy tan solo una mortal, tratando de llenar el alma con la sabiduría de la eternidad"

"Alimento mi alma con esperanza, cuando mis deseos se materializan, mi espíritu se siente joven y feliz. Cuando la vida me niega lo innecesario, mi alma crece en sabiduría, se hace mas madura, pero no envejece!"

"Por la virtud de la imaginación, mi espíritu posee la capacidad de admirar lo ancestral, cual si fuese un niño descubriendo apenas el mundo. Mi alma añeja se siente bendecida y contenta"



Gracias Ave.

Lisboa, Afama y San Antonio de cabeza

Cuentan los creyentes que si algo te aflige o quieres conseguir algo que parece imposible, pídele a San Antonio, (con mucha fé claro esta…) y como promesa de que te cumplirá tu deseo lo coloques de cabeza hasta que se haga realidad. En Lisboa, la iglesia de San Antonio, aunque sea de las más pequeñitas, tiene en su interior una fuerza y carácter inconfundibles, no por nada es la iglesia que da la bienvenida al extravagante barrio de Alfama.



Alfama y yo nos conocimos de casualidad…caminando entre una de las siete colinas de Lisboa, las calles empezaban a hacerse mas estrechas, cada vez mas escaleras, una docena de calzones colgando por las ventanas y personas cada vez más coloquiales. Mis sentidos me decían que estaba conociendo otra cara de Lisboa, pero no fue hasta que encontré las letras con flequillos amarillos y verdes, diciendo “Alfama” que supe como se llamaba esta sensación. Le dije mucho gusto y me deje llevar, los perros callejeros me sonreían y las personas salían desde la ventana a vernos preguntándose porque los turistas llegaban a su barrio a interrumpir su cotidianidad.



Una arquitectura con un parecido a Grecia, Italia y hasta el propio “gallito” en Guatemala se combinaban al mismo tiempo en Alfama, todo esto contando las espectaculares vistas al mar. Su singularidad radica en que fue de los pocos barrios que sobrevivio al terremoto de 1700 en Lisboa, su traza medieval se conserva intacta y se ha mantenido como un barrio de clase baja, los vecinos interactúan de una forma violenta y espontanea, y eso te atrae, te atrapa. Te hace sentir en peligro y como que estas conociendo una intimidad única de la ciudad, algo que no todos pueden ver. En un futuro algunos barrios clandestinos podrían ser un spot turísticos y cultural, parece irreal no???



La sensación de conocer Lisboa en sus diferentes facetas, sus ideales, su realidad, sus creencias, su fuerza, fue una experiencia que pude respirar, observar y sentir.