Los materiales old tech!

La tierra rojiza y terracota se funde con las piedras. Las construcciones parecen salir del suelo como sí siempre hubieran estado allí, como si pertenecieran al mismo territorio. Ventanas pequeñas y austeras. Un calor seco y denso se siente por el valle, donde la sombra de cada palmera es una bendición! De adentro hacia afuera se entiende esta arquitectura, donde la forma simple no necesita demostrar más, ni lucirse, su belleza es tan pura y tan natural. El bambú es un material que combina a la perfección, pérgolas, tejados, barandillas.

Querían comprar un camello por el precio de una cabra...

Tal y como dicen en el desierto, todo el mundo quiere comprar un camello al precio de cabra. Es como la sensación de haberse ganado la lotería con un boleto tirado, en fin... Esto aplica al hecho de que en el desierto la  arquitectura vernácula obtiene resultados de camello a precios de cabra, ¡¿increíble no?! Pero no se puede esperar menos de una vivienda que debe responder a climas tan extremos en menos de 24 horas. Por la noche debe mantener la inercia térmica ante una temperatura de casi 0 grados y luego adaptarse en menos de 8 horas a un clima de casi 30 grados. Es como tener una piel humana, adaptable y con la capacidad de auto regularse ante los efectos exteriores. Algo más, LOS MATERIALES. Las ciudades parecen fundirse con el entorno, el diseño paisajistico es perfecto, así mismo se reducen las emisiones por el traslado de materiales, porque se utilizan los de la zona. Queda mucho por aprender de la arquitectura vernácula, hay momentos en que quizás viendo un poquito más a la naturaleza y al pasado ya encontramos las respuestas.